lunes, agosto 31, 2009
En el ángulo muerto Vol. 27
Adolescencia
Jaime Zabala llegó hasta el grupo de mandos seguido de su escolta, todos se cuadraron al percatarse de su presencia. Mantenía una actitud altiva, a sabiendas de que eran pocos los que estaban por encima de él, antes de hablar escrutó a los presentes unos instantes.
- ¿Quién está dirigiendo esto? – Preguntó.
- Yo, Señor Zabala. – Uno de los militares dio un paso al frente y se cuadró frente al único civil que se encontraba en ese momento en los jardines presidenciales.
- Infórmeme. – Exigió Zabala.
- La situación está controlada, los combates han finalizado y hemos capturado a todos los supervivientes. Únicamente queda sofocar el incendio del Palacio presidencial y registrar las estancias por si hubiese alguien.
- ¿Y el gran hombre?
- Lo hemos capturado junto a su guardia personal, resistieron hasta el final y tuvimos suerte de capturarlo con vida.
- ¿Dónde se encuentra?
- Está en una de las tiendas que hemos montado, lo hemos aislado del resto de la tropa.
- Muy bien hecho, no podemos dejar que afecte a los demás. Me gustaría hablar con él.
- No hay ningún problema, si me acompaña.
- Iré solo, si no le importa.
- No hay ningún problema, lo que usted desee. – La expresión del mando reveló extrañeza.
- Indíqueme donde está. – El militar señaló con el índice unas de las enormes tiendas de lona verde que se habían instalado sobre el césped.
- Muchas gracias. Acompáñeme Xavier.
Se dirigieron hacia la zona señalada, los soldados que custodiaban la entrada se cuadraron al paso de Jaime y el escolta. En el interior, se había acondicionado una pequeña zona con barrotes metálicos, era un pequeño cubo en el que descansaba sobre el suelo un hombre. Era obeso y sus ropas estaban desgarradas, algunas heridas superficiales explicaban la sangre que le manchaba por todas partes. Jaime Zabala se acercó lentamente, estudiando a la persona que parecía estar agotada sobre el suelo, ésta no parecía reparar en el recién llegado, mantenía la vista fija en algún punto del techo. El Señor Zabala simplemente se dedicó a mirarle durante unos instantes, parecía estudiarle atentamente.
- No es usted para tanto, parece tener más presencia en las fotos. – Dijo rompiendo el silencio.
El hombre tirado giró su cabeza lacónicamente, tras unos segundos comenzó a hablar con aire de suficiencia. - ¿Quién eres?
- Soy Zabala. – El hombre se incorporó mostrando algo más de interés.
- Mi servicio de inteligencia me advirtió sobre tus actividades. Queda patente que no te dimos la importancia necesaria.
- Su servicio de inteligencia estaba, en su mayor parte, mezclado con todo este asunto. ¿De verdad cree que todo dependía de la importancia que usted o su equipo diese a lo que estaba fraguándose? No sea ingenuo.
- Dudo mucho que lograse infiltrarse en mi servicio de inteligencia, estaba formado por los mejores hombres.
- Su gobierno hacía años que estaba descomponiéndose. De hecho, puede decirse que yo soy consecuencia de su gestión.
- ¿Dices que yo soy el culpable de estar aquí encerrado? – El hombre estalló en carcajadas que movían rítmicamente la enorme cantidad de grasa que cubría su cuerpo. – Supongo que querrá negociar, si me ofrecen garantías para salir del país y la posibilidad de usar mis fondos no volverán a saber de mí.
- No sé si será lo más adecuado.
- Quizás no seas la persona indicada para tratar este asunto. ¿Quién es tu superior?
- Eso no importa, ahora mismo respondo de esta situación.
- Entonces debemos negociar y conseguir un acuerdo.
- No exactamente.
- ¿Qué es lo que quiere entonces?
- Simplemente quería conocerle. Me ha decepcionado.
- Ya basta de estupideces, está agotando mi paciencia. – El personaje enjaulado se lanzó contra los barrotes. – Terminemos con esto.
- Eso he venido a hacer. Xavier, deshágase de esta basura.
El militar sacó su arma y descerrajó un disparo en el cráneo del reo, éste se desplomó contra el suelo sin poder pronunciar las últimas palabras que intentaron salir de su garganta.
Nacho Valdés
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2 comentarios:
¿Será Xavier un personaje importante a partir de ahora? o, ¿desaparecerá como el gordinflón?
Me ha encantado esta escena.
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