martes, mayo 31, 2011

Palabras Usadas

En estos días se han multiplicado por el mundo los guiños a Bob Dylan por su 70 cumpleaños: mesas redondas de charlatanes, conciertos, lecturas de poemas, visionados de películas...
He rescatado esta versión de Kt Tusntall de la canción de Dylan Tangled up in blue donde puede verse la capacidad única del bardo para hilvanar versos y versos escupidos con ese estilo "Charlie Parker" que heredó Kerouac en la literatura y que Dylan incendió en sus canciones.
La letra es maravillosa, la interpretación dentro de la gira Rolling Thunder Revue (algo similar harian después los Stones y más cerca de nosotros Bunbury con su Freak Show, es emocionante e inolvidable. Los ojos azules de Dylan que brillan empujados por la pintura blanca de su cara es una imágen icónica del SXX.
Pasen y vean:

Bob Dylan :


Kt Tunstall:


Aunque sé que es larga, he decidido poner la letra traducida puesto que, de este modo, se aprecia mucho más la grandeza de la canción.

Envuelto en tristeza
Por la mañana temprano brillaba el sol
yo estaba tumbado en la cama
preguntándome si ella habría cambiado
si su pelo sería rojo todavía
sus parientes decían que nuestra vida juntos
iba a ser difícil con toda seguridad
a ellos nunca les gustó la ropa hecha en casa
el talonario de cheques de papá
no era lo bastante grande
y yo estaba a un lado de la carretera
la lluvia cayendo sobre mis zapatos
dirigiéndome a la costa este
el Señor sabe que he tenido que pagar lo mío
para seguir adelante
envuelto en tristeza.

Ella estaba casada cuando la conocí
iba a divorciarse enseguida
la ayudé a salir de un follón, supongo
pero empleé demasiada energía
condujimos ese coche lo más lejos que pudimos
abandonándolo en el oeste
rompimos una triste noche oscura
ambos de acuerdo en que era lo mejor
ella se volvió para mirarme
cuando ya me alejaba
la oí decir por encima del hombro
“volveremos a encontrarnos
algún día en la avenida”
envueltos en tristeza
Tuve un empleo
en los grandes bosques del norte
trabajando como cocinero
pero aquello nunca me gustó demasiado
y un día el hacha cayó
así que me largué para Nueva Orleans
donde me empleé algún tiempo
en un barco de pesca
en los alrededores de Delacroix
pero entretanto yo estaba solo
el pasado pegado a mis talones
vi montones de mujeres
pero ella nunca salió de mi mente
y solo crecí
envuelto en tristeza.
Ella trabajaba en un local “topless”
y yo me paré allí a tomar una cerveza
sólo miré su perfil
a la luz del foco
y después cuando la gente se iba
yo iba a hacer lo propio
ella estaba de pie ahí detrás de mi asiento
me dijo, “no sé como te llamas”
yo murmuré algo en voz muy baja
ella estudió los rasgos de mi cara,
debo admitir que me sentí algo incómodo
cuando se agachó para atar el cordón
de mi zapato
envuelto en tristeza
Ella encendió un fuego de la estufa
y me pasó una pipa
“creí que nunca ibas a decir hola”,
dijo ella
entonces abrió un libro de poemas
y me lo pasó
escrito por un poeta italiano
del siglo trece
y cada una de las palabras sonaba a verdad
y brillaba como un carbón ardiente
fluyendo de cada página
como si estuvieran escritas en mi alma
de mí a ti
envuelto en tristeza
Viví con ellos en la calle Montague
en un sótano bajo la escalera
de noche había música en los cafés
y revolución en el aire
luego él empezó a comerciar con esclavos
y algo en su interior murió
ella tuvo que vender todo lo que tenía
y se volvió muy fría
y cuando por fin llegó a tocar fondo
me volví taciturno
la única cosa que supe hacer
fue seguir adelante, como un ave que vuela
envuelta en tristeza
De modo que ahora estoy volviendo otra vez
tengo que encontrarla de algún modo
toda la gente que solíamos tratar
ahora me parece una ilusión
unos son matemáticos
otras son mujeres de carpinteros
no sé cómo empezó todo esto
no sé qué están haciendo con sus vidas
pero yo, yo todavía estoy en la carretera
dirigiéndome a otro cruce
siempre hemos sentido lo mismo
sólo que lo vemos desde
un punto de vista diferente.
envuelto en tristeza.

lunes, mayo 30, 2011

En el ángulo muerto Vol. 104




Pecados mortales

Cuando los acontecimientos acaban desencadenándose de manera estrepitosa siempre aparece alguien que anuncia que ya sabía que eso iba a suceder, que ya se lo olía y que simplemente se trataba de una cuestión de tiempo que sucediese lo que acaba sucediendo. Normalmente ante estos comentarios suelo mostrarme indiferente o, incluso, escéptico aunque la verdad es que en Cerezo del Río era un secreto a voces que Don Cecilio se aproximaba a un final amargo. Por lo menos ese era mi caso, y eso que he dicho que no me gusta hablar cuando se han consumado los hechos. Sin embargo, el deterioro estrepitoso al que ese hombre estaba sometiéndose no podía presagiar nada bueno.
Después del tiempo que ha transcurrido desde que don Cecilio cayó en desgracia, tras mucho reflexionar sobre él, pues su historia de alguna manera había calado en mí, llegué a la conclusión de que fue su problema retórico el que le condujo a la perdición. La enfermedad, la cada vez más evidente falta de reflejos a la hora de hablar en público y la caída en picado de la calidad de las homilías le llevaron a un callejón intelectual que no tenía más salida que la autodestrucción. La palabra, su congregación y el pueblo de Cerezo del Río eran su vida y de alguna manera la comunicación con estos elementos constituían el nexo vital que le llevaban todos los días a levantarse y luchar por conseguir lo que él consideraba adecuado; la salvación de las almas de la comarca. Sin embargo, la falta de tiempo y las increíbles responsabilidades que acabó asumiendo le llevaron a un desgaste intelectivo que acabó en la crisis y agotamiento que casi le llevó a la muerte. Supongo que en esos hechos es donde se encuentra el punto de inflexión, esa ruptura que le hizo ir en busca del pecado de forma egoísta. Es decir, creo que lo que buscaba no era la redención de los pecadores, esto puede considerarse un hecho colateral, sino la inspiración perdida por tantos años de dedicación exclusiva a los demás. Don Cecilio fue un hombre que se vació ante la comarca, que intentó abarcar más de lo que era posible para un simple párroco. El caso es que al final encontró el pecado o más bien, fue el pecado el que le encontró a él. Empezaría con una misión evangélica e inspiradora y creo que finalmente fue absorbido por el mundo con el que le tocó lidiar.
Tras dos semanas sin aparecer por Cerezo del Río la población comenzó a alarmarse aunque, como siempre pasa en estos casos, cada uno a su manera. Para la mayoría don Cecilio era uno más de los habitantes de la población, que además había estado años luchando por los intereses de las demás, y debía ser ayudado en caso de que se encontrase en algún tipo de aprieto del que no pudiese salir por sí mismo. Para otros, sin embargo, su crédito había sido dilapidado y se hacía necesario hablar con el episcopado para intentar conseguir otro cura que se ajuste a las necesidades del pueblo y sus integrantes. Para la minoría, pues don Cecilio tenía demasiado carisma como para pasar inadvertido, daba exactamente igual lo que hiciese ese hombre en su tiempo libre mientras no se metiese en sus asuntos. Aún así, finalmente comenzó la búsqueda del cura perdido y todos nos vimos involucrados en alguna medida en la resolución de tan extraño caso aportando en la medida de nuestras capacidades. Al final, lo primero que apareció fue su destartalada furgoneta que había sido abandonada en uno de los caminos de tierra de la región. En el interior encontramos los vestigios de lo que debían haber sido las últimas correrías del, hasta ese momento, impoluto sacerdote. Lo que más nos llamó la atención fue que había dejado abandonados sus hábitos, tirados de cualquier manera en la zona de carga entre innumerables botellas de todo tipo de licores y preservativos usados. Entre sus objetos encontramos la dirección de un hostal de carretera que no gozaba precisamente de buena reputación en la zona, sobre todo para aquellos meapilas que no perdían ocasión de criticar a las pobres chicas de vida ligera que se ganaban el pan con su cuerpo. Las pistas nos llevaron hasta un don Cecilio destrozado y bañado en alcohol que agonizaba en una de las habitaciones dedicadas a los servicios sexuales. Estaba en la cama tirado, con el cuerpo tremendamente hinchado y de un tono tan rojizo que parecía exteriorizar lo destrozado que estaba en su interior. Lo llevamos de vuelta al pueblo pero nada se podía hacer, su mente estaba sumida en las profundas tinieblas de la sinrazón y tan solo sobrevivió tres días gracias a los cuidados de aquellos que todavía recordábamos al don Cecilio de antes. Cuando murió un chispazo de lucidez pareció asomar a sus ojos y después suspiró profundamente antes de dejarnos. Ningún familiar reclamó el cuerpo y fue entregado a las tierras de Cerezo del Río, ninguno de los que presenciamos su último adiós recordábamos haber visto a tanta prostituta junta.

Nacho Valdés

viernes, mayo 27, 2011

10 Personas en las que MARC puede confiar (Vol. 9)

La penúltima entrega de este sección trae a tus ojos y oidos a Iggy Pop.
¿Qué cosas puedes aprender de él?
- Un escenario es mucho más que una superficie elevedada
- El cuerpo no tiene límites
- Siempre hay un sitio por el que trepar
- Un escupitajo a tiempo salva una amistad
- De la droga se sale y se entra del rocanrol no
- Cantar es disparar contra los fantasmas
- Una cadera rota otorga clase al caminante solitario
- Nunca digas NO

En fin, un montón de soluciones para la vida moderna. Confía en la iguana...

jueves, mayo 26, 2011

Retratos (Vol. 38)

Caminaba sobre las canciones rotas que se amontonaban por el suelo intentando mantener el equilibrio que ella había reventado en mil pedazos. Todas esas historias que sonaban por la radio iban ocupando, sistemáticamente, un lugar en la habitación.
Había canciones sobre los cuadros, en la mesita de noche, en las estanterías, bajo la alfombra inclusive las había metidas en la nevera y dentro de sus propios dedos.
Estuvo rebuscando en el dial un buen puerto al que amarrarse pero en aquel mar de ondas difusas no había tierra cercana, ni salvavidas.
A veces la música ahoga en vez de enseñar a nadar.

Agarró la guitarra, como un fusil que dispara su última ráfaga en la noche, y buscó la sonoridad familiar de una nota cualquiera.
La habitación tembló
y también lo haría Sara allí donde estuviese.
Porque los amantes son a veces barcos que se cruzan y saludan para luego seguir cada uno su ruta.

Las musas no aparecían
la sangre se parecía demasiado al mercurio
y el Chelsea Hotel estaba derruido.
Cerró los ojos ocultos en aquellas gafas de sol
que defendían la tristeza de unos ojos demasiado azules.

Poco después, se levantó
se situó frente al espejo, hizo algunas muecas
se ajustó la americana negra, la armónica, la guitarra
gruñó algunas palabras sin sentido y salió por la puerta.

El Albert Hall esperaba…

Fue la última vez.
Ya no hubo más canciones para Inglaterra.


Felices 70 Dear Bob

miércoles, mayo 25, 2011

Delaletra




Sorpresas agradables

Recientemente me regalaron Relatos de lo inesperado de Roald Dahl, escritor inglés de origen nórdico al que se le conoce más por sus historias infantiles como Charlie y la fábrica de chocolate, Gremlims, Matilda y alguna más que se me escapa y que sitúan a este autor en la vanguardia de la literatura adolescente relacionada con el mundo cinematográfico.
El caso es que el libro de relatos, con estos antecedentes, estuvo archivado en mi mesita durante meses hasta que en fechas recientes decidí enfrentarme a él. La alegría fue mayúscula pues, lejos de encontrarme con escritos pueriles y endebles como me esperaba, descubrí a un autor adulto que manejaba la ironía de lo cotidiano con una maestría que me deslumbró. Disfruté muchísimo con el humor negro que destilan estos relatos abiertos en los que el lector tiene mucho que añadir y un trabajo que desempeñar puesto que el autor plasma unas líneas que va embocando, por norma general, la historia hacia un lugar indeterminado y, por lo tanto, como el título anuncia, hacia lo inesperado.
Como curiosidad, añadir que Alfred Hitchcock utilizó algunas de estas narraciones como base para los cortometrajes que apadrinó en televisión. En definitiva, una obra a tener en cuenta para todos aquellos que disfrutan de la literatura bien construida.

Nacho Valdés

martes, mayo 24, 2011

A day in the life







Happy Birthday Mister Zimmerman. See you soon on the road... que setenta años no son nada para alguien que viajó al futuro persiguiendo el sonido del mercurio y los ojos de Sara...

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (15)


Poco se puede decir del gran Mike que no se haya dicho ya. Es un tipo de actitud rockera que lleva en esto de la música toda la vida. De hecho, saco su primer disco antes que los Beatles sacaran el suyo.
Ahora ha decidido que ha llegado el momento de decir adios y retirarse para dejar sitio a las nuevas promesas rockeras.
La canción de hoy se compuso para la gira de despedida y deja claro cuales son sus intenciones.

lunes, mayo 23, 2011

En el ángulo muerto Vol. 103


Itinerante

La furgoneta que don Cecilio se comenzó a hacer casi tan famosa como él en la comarca. No es que resultase especialmente llamativa y prácticamente se descomponía a cada kilómetro que recorría pero, para atender la verdad, para los habitantes de la zona resultaba una bendición el escuchar los estallidos de su tubo de escape cuando llegaba por alguno de los caminos rurales que todos los días recorría incansablemente. La forma de trabajar del párroco, tras la enfermedad que mantuvo angustiado a todo el pueblo de Cerezo del Río, cambió de manera radical aunque, para ser sincero, no solamente alteró el desempeño de su labor sino su forma de ser. Parecía como si algo dentro de ese hombre anguloso, fuerte y un tanto taciturno se hubiese roto. Daba la impresión de que lo que había sufrido le hubiese llevado a considerar la vida de otra manera, de manera más directa.
Lo fundamental de esa extraña mutación que a todos sorprendió se refería, sobre todo, a la manera en que se relacionaba con los demás. El poco tiempo que pasaba en el pueblo, al menos cuando no tenía que preparar el oficio del fin de semana, se lo pasaba en la taberna compartiendo el vino de la tierra con los parroquianos. Incluso, los tonos rojizos que siempre le habían caracterizado se hicieron más intensos por lo mucho que parecían gustarle los chatos que se metía entre pecho y espalda. Además, y eso era lo que más había descolocado a los que le conocían, su conversación se había vuelto más abierta y chistosa, llegando a convertirse en el centro de las reuniones que siempre terminaban a carcajadas. Por supuesto esto no sucedió de la noche al día, fueron quemándose distintas etapas hasta que todo el mundo acabó por acostumbrarse a la nueva situación y personalidad de don Cecilio.
Como no podía ser de otra manera, lo que don Cecilio llamaba su labor evangélica acabó por ocupar todo el tiempo libre con el contaba y pasaba una eternidad recorriendo los pueblos, las villas y las casas de campo en pos de la imposición de los valores cristianos en los que con tanta firmeza creía. Puesto que era de sobra conocido, parece ser que allí donde había un problema procuraba presentarse para interceder de la manera más justa que podía y, por lo menos por lo que contaban los que habían asistido a sus intervenciones, resultaba increíble verle actuar pues todos los aprietos parecían evaporarse con su mera presencia. De hecho, según lo que se decía, e incluso por lo que contaba don Cecilio cuando el vino rojizo le volvía más lenguaraz, era él mismo el que se metía en la boca del lobo para perseguir al pecado y, por supuesto, lograr la redención del pobre pecador que caía en sus manos. Logró, gracias a su intervención, acabar con los problemas que se daban entre los braceros y los terratenientes de la zona, consiguió a base de su insistencia que se derribase la valla que impedía el paso del ganado por los terrenos de la aristocracia deprimida de Cerezo del Río y, por supuesto, continuó oficiando la misa todos los domingos aunque sin recuperar ese don de la palabra que tan famoso le había hecho.
Nunca más, por lo menos que se sepa, volvió a dar esos interminables paseos que parecían mantener su cuerpo y su mente en perfecta sintonía. Lo que sí hacía, y eso suponía otra de las novedades de su nueva personalidad, era desaparecer durante días sin dar señales de vida. Las señoras más beatas solían escandalizarse, más que nada por la preocupación y celos que sentían pues no tenían a don Cecilio en exclusiva, cuando volvían a escuchar los estallidos de la vetusta furgoneta del cura se alegraban y salían a su encuentro para que les comentase las novedades de su eterno peregrinar. Él, en las ocasiones que llegaba cansado, sin afeitar y descuidado se las veía y deseaba para quitárselas de encima. De hecho, comenzó a llegar cada vez más tarde y de madrugada e incluso, por lo menos eso decían las malas lenguas, tambaleándose debido a los abusos alcohólicos que parecía estar cometiendo.

Nacho Valdés

viernes, mayo 20, 2011

10 Personas en las que MARC puede confiar (Vol. 8)

El gran Neil Young ha atravesado todos los palos musicales posibles. Llevo a las vaquitas del country hacia pastos menos verdes y más metafisícos, contribuyó a la unión de generaciones de músicos separados por demasiadas cosas, compuso canciones memorables, es un guitarrista y cantante único, es un fiel seguidor de causas perdidas.
Son tantas las razones por las que puedes confiar en Neil Young que no voya seguir con la lista. Lo mejor que podemos hacer es escuchar algunos de sus tesoros.

Aquí con los Crazy Horses:


Neil Young / Hey Hey, My My (Farm Aid) por ivaxavi

jueves, mayo 19, 2011

Retratos (Vol. 37)

Ella y yo éramos hermanos cuando todos a nuestro alrededor se tornaron extraños. Teníamos en nuestras propias manos el molde del amor verdadero, aquel que permanece después de las tormentas.

Un buen día se presentó en casa con un ramo de flores secas y dijo: “Sé que no ha muerto nadie pero a veces las flores sirven para cosas mejores que una tumba”. Así que yo sonreí y le contesté que podía dejarlas en la cama junto a su ropa pues el resto de la casa estaba prácticamente inhabitable tras la tormenta.

Pasaron dos horas en dos suspiros y como un tren recorrí el camino desde su vientre hasta su boca parando en cada estación de su menudo cuerpo.

Había prometido que ya no me iba a querer más
pero algo aquella noche debió hacerle cambiar de opinión
pues antes de marcharse hizo un gesto con la mano que yo entendí como un volveré más tarde.

Y es que cuando uno deja de amar al otro, al que tiene al costado, al que ofrece una imagen de uno mismo que el tiempo poco a poco va deshilachando, todo deja de importar o importa demasiado.

No existe término medio entre el que odia y el que ama.

Sin embargo aquel día fuimos sin duda hermanos, carne con carne, cuerpos unidos sin límites físicos.
Qué pequeño era el mundo cuando sus ojos ocupaban todo. Aquellos ojos suyos que fueron míos y por lo que vi lo que nadie aun vio.

No he conocido una mirada igual a la de ella pero sigo buscando pues sus flores siguen en casa.

Eso sí, todos los floreros los lancé por el balcón. No hay que dejar nada en manos del destino

miércoles, mayo 18, 2011

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (14)


Asiduo visitante de Corazones, hoy nos vuelve a honrar con su presencia el Duque Blanco, tambien conocido por ser tío de Marc. Esta vez para presentarnos una de las canciones favoritas del Muchacho, "Rebel Rebel" ,incluida por primera vez en el disco "Diamond Dogs" de 1974.
El video está extraido del DVD grabado en Dublín en el año 2003 dentro de la gira "A reality tour" y es la canción que daba comienzo al show.
Recomiendo su escucha a máximo volumen.

martes, mayo 17, 2011

Palabras usadas

No puedo imaginarme cómo debió ser el encuentro entre Lou Reed y David Bowie cuando ambos eran lo más moderno del momento. Seguro que de primeras se miraron con recelo, después se envidiarían y, por último, colaboraron y salió esta versión en la que para mi gusto el inglés le mete un buen repaso a Reed. Habría que investigar si la relación y colaboración fue duradera pero, casi tengo la certeza, de que acabaron peleándose por un pico de heroína o algo por estilo. De todas formas, más allá de especulaciones, centrémonos en estos dos temazos y tomemos partido. Personalmente, me quedo con Bowie por presencia, trayectoria y registro vocal.





lunes, mayo 16, 2011

En el ángulo muerto Vol. 102




La metamorfosis

Don Cecilio pasó la enfermedad tras unos interminables diez días en los que la parroquia se convirtió en una especie de centro de peregrinación. El pueblo se llenó de habitantes de la comarca y la única fonda de la zona no daba abasto para tanta demanda, lo mismo pasaba con los pocos negocios que existían y, los pueblerinos que de tontos no tenían un pelo, comenzaron a montar pequeños puestos en los que se ofrecía comida e incluso abalorios religiosos que supuestamente estaban bendecidos por el cura. Éste, sin embargo, se mantenía en cama intentando superar la crisis que prácticamente había acabado con él. Según el médico se trataba de agotamiento, simple y llanamente; un cansancio tan profundo que hizo de él un guiñapo con calenturas y miles de dolores. Únicamente uno de los secretarios del consultorio que había montado en la Iglesia tenía acceso a su cuarto y a su presencia, éste era el que iba dando las noticias sobre el estado de salud del ya famoso cura.
Las personas que se habían arremolinado frente a la Iglesia, en la plaza en la que se encontraba, miraban al cielo, rezaban y hacían todo tipo de supuestos sacrificios por la salud de su querido líder espiritual. Algunos incluso habían llegado a mortificarse y, algunos sectores, comentaban la necesidad de comenzar con la burocracia necesaria para la beatificación de don Cecilio. Los menos, aquellos que seguían haciendo la vida cotidiana a la que estaba acostumbrado Cerezo del Río, tenían que lidiar con todos los foráneos que ocupaban todos los lugares por los que se transitaba y que, en algunos casos, formaban una especie de grupo radical en el que no faltaban las oraciones y canciones a cualquier hora del día o de la noche. Los menos devotos o los que tenían que trabajar, comenzaban a estar hartos de la situación que se había montado en la antes tranquila villa de Cerezo del Río. Se hizo una queja formal al alcalde para que se deshiciese de los sectarios seguidores del párroco pero éste, por miedo a perder mano en la población, desoyó cualquier consejo o advertencia sobre ese asunto. Confiaba en que, tarde o temprano, todos se fuesen a sus casas y la vida volviese a la normalidad. El guardia civil de la zona tampoco estaba por la labor, de hecho había desatendido sus ocupaciones por ir todos los días a la plaza para mostrar su apoyo incondicional a don Cecilio. De esta manera, hasta los cuerpos de seguridad del Estado habían caído en la ola de misticismo de la que hacían gala los habitantes de la comarca.
El décimo día, como si de un resucitado se tratase, don Cecilio salió a la ventana que daba a la plaza y se dirigió a la congregación que abajo se agolpaba. Cuando le vieron salir comenzaron a sonar vítores y gritos de alegría, aunque su aspecto era muy desmejorado y parecía haber adelgazado su enorme barriga su voz sonó firme y autoritaria. Lo primero que advirtió, con tono ciertamente amenazante, fue que se desalojase esa zona y que por favor se abstuviesen de cánticos o gritos mientras terminaba con su reposo y recuperaba fuerzas. El gentío se miraba absorto, como si el asunto les pillase de sorpresa, e incluso se escuchó algún chillido de alegría que fue sofocado para evitar el enfado de don Cecilio. El cura, impertérrito, continuó con su disertación y explicó que la consulta que había montado en la parroquia se cerraba hasta nueva orden pues la imprevisible misión para la que había sido elegido exigía completa dedicación y no podría volver a tratar asuntos ajenos que no estuviesen marcados por la providencia. También advirtió que, hasta que dijese lo contrario, se acababan las peroratas y sermones de los domingos hasta que volviese a recuperar el don que había perdido por tantos años de trabajo: la palabra. Todos se quedaron mudos mirando hacia el párroco que mantenía una pequeña pausa para ver la reacción de la concurrencia, cuando se hubieron repuesto de la sorpresa continuó hablando y reveló que había perdido la capacidad de dirigirse a su rebaño, que le había sorprendido una sequía verbal profunda y que eso era lo que había provocado su terrible enfermedad. Cuando hubo terminado, sin dar mayores explicaciones, cerró la ventana y se encerró de nuevo en el refugio de su hogar. A los pocos días, cuando la congregación se había disuelto, compró una pequeña furgoneta destartalada y salió en busca del pecado para lograr esa inspiración perdida. Los que fuimos testigos de su ascenso y caída éramos conscientes de que quizás se tratase del principio del fin del extraño personaje que un día aterrizó en Cerezo del Río.

Nacho Valdés

viernes, mayo 13, 2011

Retratos (Vol. 36)

Se quedó dormida
con la pistola en la mano.
Esperando un amanecer que pudiese cerrarle los ojos
y dejar que el día pasase lentamente sin molestarla.

Sin embargo el sol y la autoridad
tenían otros planes previstos
Vendría gente extranjera a ocupar sus espacios
como pequeños ejércitos invisibles
y se llevarían sus cosas y lo que hay entre ellas.

Ella sabrá lo que es el miedo decía aquella voz
que salía de los altavoces e inundaba los cuartos vacíos…
Muy pronto se dará cuenta de que todo se acaba pagando
y que justamente hoy es el día del cobro.

Los discos, la tele, su colección de cosas rotas, la foto de ellos, las partes sobrantes, lo prestado y lo comprado, las velas, las plantas, los gatos, la pistola, la vida, las muertes provocadas…

Despertó en otro mundo sin el arma en las manos, pero presa ya de una nueva pena…